Parada obligada para quien desee disfrutar de una buena cerveza acompañada de unas cuidadas y sabrosas tapas en uno de los rincones más bonitos de esta parte de la ciudad. Delicioso para compartir en pareja o con amigos. Una propuesta interesante y honesta a la que iría bien completarse algo más pero que ya como está tiene suficiente como para ser una dirección a recomendar.
El restaurante esta en un lugar privilegiado. La carta es variada y considero que calidad precio es correcto.
Las bravas están muy buenas, aunque la salsa no pica, le puedes pedir algo con picante al camarero y te lo haces a tu gusto.
Las croquetas, tanto las de pollo como las de jamón muy buenas también
Las albondigas, para mi gusto, algo secas y demasiado saladas.
El vitello tonnato muy bueno y suave.
Con el postre, tengo que probar otros porque con el Lemon Pie no acerté.
El ambiente es muy agradable y el personal, tanto los camareros, como el encargado muy amables y serviciales.
Por decir algo a mejorar, los baños, mantenerlos limpios se agradecería.
Es un lugar encantador para ir a tomar una copa, picar algo y/o cenar muy agradable.
Tienen cerveza inchnusa, todo un punto a favor. También una amplia oferta de vinos.
Muy recomendable.
Lo encontramos por casualidad y la verdad es que quedamos muy contentas. Esta en una placita al lado de Gran de Sarrià con lo cual es súper tranquilo. El precio es correcto y la calidad es muy buena. Es buen sitio para tapear un sábado o domingo al mediodía acompañándolo con una cerveza o vermut. El servicio es muy atento y la carta aunk no muy extensa está muy bien.
Las croquetas de ceps estaba deliciosas, así como las albóndigas con sepia.
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